Discurso del Gobernador Rolando Zapata Bello con motivo de su sexto Informe de Gobierno

Mérida, Yucatán, 9 de septiembre de 2018 Amigas y amigos, gracias por seguir esta transmisión. Hace seis años, el pueblo

Mérida, Yucatán, 9 de septiembre de 2018

Amigas y amigos, gracias por seguir esta transmisión. Hace seis años, el pueblo de Yucatán me dio su confianza y respaldo para gobernar nuestro gran estado, y tengo la convicción de que esa confianza se construyó, se ganó y se ha mantenido sobre tres grandes columnas.

Primero, la columna de un Gobierno de principios y valores, de honestidad y austeridad, de orden y planeación; segundo, un Gobierno que definió sus principales compromisos de trabajo en verdaderas asambleas ciudadanas, en las que la gente, en los Diálogos por Yucatán, precisó qué era lo más sentido y lo más urgente por hacer, y hubo una tercera columna, una igual de importante, que cada mañana, que cada día, como Gobernador, me proporcionó guía moral y de actitud política.

El compromiso personal de que yo no habría de cambiar, el compromiso firme de que seguiría siendo el mismo Rolando Zapata de siempre: el hombre sobrio, de vestimenta austera, de gustos sencillos, serio y respetuoso, que formaron mis padres y formó también toda la comunidad yucateca, desde la colonia Felipe Carrillo Puerto hasta la Universidad Autónoma de Yucatán, mi alma máter.

Con esas tres columnas éticas de trabajo y de responsabilidad moral, hace unos minutos, envié al honorable Congreso del Estado el Informe de Gobierno, que el Artículo 28 de la Constitución Política señala debo rendir. Le expreso mi reconocimiento y respeto a las y los diputados de la LXII Legislatura, quienes en los próximos días, realizarán la glosa tal y como señala la ley.

Así, en este momento, dirijo a ustedes este mensaje, el sexto, el último que yo tendré el privilegio de compartir con ustedes como Gobernador, para que conozcan el estado que guarda el desarrollo de nuestra entidad. En el documento de ley, están los detalles de este último año de trabajo, pero quiero que, desde aquí, el nuevo y moderno Hospital Materno Infantil, y a través de la radio, la televisión y las redes sociales, analicemos lo que juntos hemos logrado.

Revisemos fraternalmente las obras y acciones que pueden parecer pequeñas, pero le cambiaron la vida, a veces a una familia, o a veces, a toda una comunidad.  Recorramos, también, las grandes obras de las que, tal vez, todavía no sentimos el impacto directo en nuestro hogar, pero que abren puertas y oportunidades de bienestar a todo Yucatán, a su economía y a su gente, a su presente y a los años por venir. Permítanme, también, resumir el cómo hicimos frente y hemos cumplido el 98.2 por ciento de los 227 compromisos que decidimos juntos.

Quiero que recorramos y compartamos juntos un legado que no es mío, sino que es absolutamente de todos los que, desde el 1 de octubre de 2012, decidimos que Yucatán podía ir más lejos, podía construir un nuevo camino, merecía un nuevo modelo de desarrollo y tenía todo para ser un estado que nos llenara aún más de orgullo por nuestro pasado, por nuestro presente y por nuestro futuro, un futuro que ahora, sobre cimientos muy firmes, amplios e inteligentes, sí es posible construir. Acompáñenme, en estos minutos, a hacer este recuento y esta reflexión, una reflexión franca, verdadera, republicana y, sobre todo, digna de Yucatán.

Hoy, con optimismo sensato, puedo informarles que a Yucatán le va bien. Desde el primer día de mi mandato, actué para responderle a la confianza que la ciudadanía depositó en mi Gobierno; así, mi primera acción como Gobernador fue presentar a los yucatecos el Programa de Ajuste Financiero y Nueva Cultura de Austeridad en el Gasto Público, para que las finanzas públicas sean una fortaleza para el desarrollo del estado y jamás una debilidad estructural.

Seis años después, de acuerdo con la prestigiosa calificadora internacional HR Ratings, Yucatán se ubica en el primer lugar entre las entidades mexicanas por nuestro nivel de confianza financiera y crediticia. A lo largo de estos seis años, la calificación financiera de Yucatán se ha incrementado de forma constante, reflejando estabilidad financiera y eficiencia del gasto público.

En 2012, HR Ratings nos otorgaba una calificación de A; en 2014, incrementó esa calificación a A+; en el último reporte de 2018, nos asigna la calificación de AA, con perspectiva estable, la más alta calificación para una entidad federativa mexicana.

A la vez, los ingresos recaudados directamente por nuestro estado se han incrementado de forma muy importante. En 2012, la recaudación total propia ascendía a dos mil 122 millones de pesos; hoy, a través de nuestra Agencia de Administración Fiscal, con una recaudación y planeación presupuestal más eficientes, hemos incrementado esta cifra a cuatro mil 212 millones de pesos; es decir, la captación prácticamente se duplicó.

Y lo más relevante es que esta recaudación se dio sin el establecimiento de nuevos impuestos de carácter general o incremento de los mismos. La captación de más recursos estatales se logró a través de estrategias que facilitaron el pago de impuestos y permitieron la ampliación de la base de contribuyentes en un 39 por ciento.

Pero el factor más significativo ha sido la confianza de los contribuyentes en sus autoridades. Una mayor capacidad de recaudación, finanzas estables y confianza ciudadana han sido elementos clave para que este Gobierno cumpla la palabra empeñada.

En mi Gobierno, se establecieron compromisos concretos, numerados y verificables en su cumplimiento. De los 227 compromisos asumidos por mi Gobierno, al finalizar esta administración, se cumplirán 223 y cuatro no alcanzarán el nivel de “Compromiso cumplido”, compromisos tan diversos que atienden tanto a la población con discapacidad o promueven el éxito de los jóvenes a través del deporte.

Es el caso del compromiso de ampliar la cobertura de las Unidades Básicas de Rehabilitación, cuyo número ya se ubica en 69, y los Centros de Atención Múltiple, que se complementan con las 33 unidades de autobuses adaptados, o el compromiso de modernización de la Unidad Deportiva “Kukulcán”, al que se sumó la Unidad Deportiva “Villa Palmira”; gimnasios de box, canchas de usos múltiples y otra infraestructura deportiva en 95 municipios.

También, se cumplió el compromiso 68, que nos permitió realizar esquemas eficientes de mantenimiento en planteles escolares, con más de 17 mil acciones de rehabilitación en escuelas con salones, domos, baños, y con la entrega de más de 144 mil piezas nuevas de equipamiento escolar, así como el compromiso 61, de proveer insumos, herramientas y equipos mediante el programa Peso a Peso, con el que más de 60 mil productores del sector social recibieron más de un millón de implementos.

También, hablamos de compromisos que refuerzan la identidad de los yucatecos, como lo es el de impulsar la industria textil y reposicionar a la guayabera, o también, el compromiso de impulsar la promoción cultural, con la publicación de la colección “Mayab: crisol de identidades” o la actualización de la Enciclopedia Yucatanense.

Y también podemos hablar de compromisos que han escalado en su avance, porque en un principio, nos planteamos un Programa Estatal de Cambio Climático y, a partir de ello, ya hemos logrado incrementar en un 50 por ciento el número de hectáreas bajo esquemas de protección ambiental, publicar un decreto para prohibir el cultivo de transgénicos en Yucatán y a suscribir acuerdos internacionales como el Under2Mou para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero.

Todos los compromisos han sido relevantes; cada uno de ellos ha tenido un impacto que se refleja en las condiciones de bienestar de los habitantes de Yucatán. Durante este trayecto, muchos compromisos se transformaron o ajustaron para responder a las dinámicas condiciones de nuestro estado; sin embargo, uno de esos compromisos tuvo un significado muy especial para mí, ya que fue el primero que cumplimos: la reactivación del Consejo Estatal de Salud, un espacio para el diálogo, para compartir experiencias y decidir cómo actuar en aquellos casos prioritarios para la salud pública.

Así, a través del trabajo realizado en este Consejo y la participación ciudadana, se resolvieron crisis como la del dengue. De acuerdo al Boletín Epidemiológico, publicado semanalmente por la Secretaría de Salud Federal, Yucatán pasó de cinco mil 500 casos confirmados de dengue en 2012 a un total de 109 casos durante 2017, una reducción del 98 por ciento.

Junto con los resultados obtenidos en el combate al vector, la labor realizada en el Consejo Estatal de Salud nos ha permitido responder ante situaciones como el incremento atípico en casos de influenza durante este año. Igualmente, nos permitió centrar la atención en cómo mejorar la atención obstétrica, mejorar la atención incrementando la capacidad de atención clínica y garantizando que la consulta, el seguimiento y el tratamiento a las mujeres embarazadas se realizara en las mejores condiciones.

Sin duda, tenemos retos: la Razón de Mortalidad Materna se mantiene por arriba de la media nacional. Este es un problema de salud pública que, como estado, debemos atender con mayor eficacia y, en ese sentido, Yucatán contaba con un centro materno superado por nuestra dinámica poblacional.

En dichas instalaciones, ubicadas en el Centro Histórico de Mérida y que databan de la década de los 70, se registraban más de cinco mil nacimientos anuales, uno de cada seis nacimientos en nuestro estado. En el centro materno, que depende de los Servicios de Salud de Yucatán, se atendía a mujeres de todo el estado, que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad económica.

Ante esta realidad, junto con el Presidente Enrique Peña Nieto, nos comprometimos a construir un nuevo Hospital Materno Infantil en el sur meridano. Este hospital ya es un compromiso cumplido. Aquí, con una inversión de 739 millones de pesos, incrementamos la capacidad de atención médica; para dimensionarlo, basta decir que el anterior centro materno contaba con siete consultorios, mientras que este nuevo Hospital Materno Infantil tiene 25.

También, se pasó de 40 a 160 camas censables, y pasamos de dos quirófanos y una sala de parto a cuatro modernos quirófanos y cuatro salas de parto, es decir, se triplica la atención clínica que se brindará a las mujeres embarazadas de Yucatán. Estas instalaciones están equipadas con servicio de laboratorios, rayos x, ultrasonido, telemedicina, incubadoras de última generación; espacios que cuentan con la tecnología médica y sanitaria más avanzadas.

En particular, quisiera destacar que el antiguo centro materno se enfocaba específicamente en la atención a mujeres antes, durante y después del embarazo. Estas nuevas instalaciones, en cambio, cuentan con un área especializada de neonatología, en la que se atenderá a recién nacidos hasta los 28 días, con la capacidad de brindarles tratamientos especiales, en caso de requerirlo; una atención que, actualmente, se realiza en el Hospital “Agustín O’Horán”.

Aquí, en este Nuevo Hospital Materno Infantil, ya nace la nueva generación del bienestar de Yucatán, la generación que va a construir el futuro de Yucatán sobre bases más sólidas, porque vivirán un Yucatán más igualitario, con más y mejores condiciones para el empleo, con una economía creciente, con innovación y bienestar; una generación formada por niñas y niños que serán capaces de ser exitosos, cumplir sus metas y ser ciudadanos virtuosos, porque a Yucatán, hoy, le está yendo bien.

Nos va bien como sociedad cuando contamos con un sistema de hospitales públicos más completo, porque al Nuevo Hospital Materno Infantil, se suma la conclusión del Hospital General de Valladolid, que cuenta con áreas de terapia intensiva, cuidados intensivos neonatales y un área de choque.

Asimismo, se inauguró el Hospital de Segundo Nivel de Tekax. Este hospital se inició en 2006 y, por distintas razones, se postergó su conclusión y operación por más de una década. Reconozco que era una gran demanda de la población del sur del estado, por lo que me comprometí a hacer todo lo que estuviese de mi parte para no defraudarlos.

El Hospital de Tekax es una realidad desde 2017, ofreciendo servicios de consulta externa, urgencias, cirugía general, pediatría y gineco obstetricia. De este modo, con nuevos hospitales de segundo nivel en el oriente y el sur de Yucatán, el modelo de atención regional se fortalece.

En cuanto al Hospital “O’Horán”, se puso en marcha la operación de la segunda torre médica y una nueva Unidad de Especialidades Médicas en Oncología, así como la modernización de los servicios de imagenología. Además, el Gobierno de la Republica construyó el Nuevo Hospital Regional Militar y el Hospital de Segundo Nivel del Issste, para la atención de los derechohabientes yucatecos.

Una sociedad con bienestar es una sociedad sana, con atención médica de calidad a su alcance, y así como actuamos en materia de salud, también implementamos políticas sociales para un Yucatán más igualitario y más justo. Creamos una nueva generación de programas sociales, con reglas de operación claras, metodologías probadas y resultados tangibles, programas que atacan directamente las múltiples causas de la pobreza, como son no contar con acceso a la alimentación, vivienda, salud, ingreso o rezago educativo.

Estas dimensiones son medidas por el Consejo Nacional de la Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Coneval. Durante los seis años de mi administración, el Coneval ha evaluado en dos ocasiones la política social nacional y estatal, y ha comprobado el éxito de los programas y estrategias para abatir la pobreza en Yucatán.

A lo largo de mi administración, realizamos más de 155 mil acciones de infraestructura en viviendas del estado, enfocadas a mejorar condiciones y servicios para las viviendas de las familias de los 106 municipios. De ese total, 69 mil se realizaron en un sólo año, durante 2016, a través de Mejorar, una estrategia que recibió el premio “Buenas prácticas y evaluación” por parte del Coneval, y que conjugó esfuerzos federales, estatales y municipales.

En total, a lo largo de esta administración, se construyeron 21 mil cuartos adicionales, 20 mil baños, seis mil techos, dos mil 600 unidades básicas de vivienda, 19 mil pisos firmes, así como la instalación de 21 mil tinacos y 65 mil estufas ecológicas. Esto nos permitió ser la novena entidad con mayor reducción en el porcentaje de la población en situación de carencia por espacios y calidad de la vivienda, con una reducción de 12 por ciento.

Con la entrega de más de un millón de paquetes del Programa Bienestar Escolar, más de 220 mil niños y jóvenes asisten con equidad y dignidad a la escuela, con útiles, uniformes escolares y zapatos completos cada año, así como sus chamarras. A su vez, para ofrecer a los jóvenes oportunidades de sistemas educativos cercanos a su localidad, se abrieron 198 Telebachilleratos Comunitarios.

También, se incrementó el número de becas que hoy reciben la mitad de los alumnos de educación pública de todos los niveles, con más de 195 mil becas anuales desde la primaria hasta la universidad, para que los estudiantes puedan mantenerse donde los queremos: ahí, en las aulas.

También, más de 120 mil adultos y adultos mayores nos han puesto un gran ejemplo de superación, al obtener certificados que acreditan alfabetización, primaria y secundaria, y con Bienestar Digital, más de 76 mil jóvenes de preparatoria recibieron una laptop para acceder a mayores conocimientos y realizar de mejor manera sus tareas. Como resultado de estas acciones, el Coneval destaca que, entre 2012 y 2016, Yucatán se ubica como el cuarto estado con mayor reducción del rezago educativo, pasando de 23.4 por ciento a 20.6 por ciento.

También, desarrollamos estrategias como los microcréditos sociales, que permitieron que cerca de tres mil mujeres pudieran iniciar un negocio, además de los dos mil 930 apoyos de autoempleo, los mil 380 entregados a Impulso Juvenil y cientos de apoyos a través del Instituto Yucateco de Emprendedores.

O bien, estrategias para incidir en una mejor alimentación, como el Programa de Producción Familiar de Traspatio, con el que se entregaron más de dos millones 471 mil aves y 10 mil 900 huertos para la autoproducción de las familias, y el Programa Nutricional Integral ha entregado más de 156 mil paquetes con mejores valores nutricionales.

Gracias a estos programas, entre 2012 y 2016, cerca de 100 mil yucatecos superaron la carencia por acceso a la alimentación. En total, la población con esta carencia pasó de 25.1 por ciento en 2012 a 19.3 por ciento en 2016. En conjunto, esta nueva generación de programas de política social permitió que los índices de pobreza extrema en Yucatán se ubicaran en su mínimo histórico.

De acuerdo con la más reciente medición del Coneval, Yucatán es el tercer estado con mayor reducción de la pobreza extrema en México; en total, 68 mil personas superaron esta situación y el porcentaje se redujo de 9.8 a 6.1 por ciento, entre 2012 y 2016, y en lo que respecta a la pobreza moderada, redujimos de 48.9 a 41.9 el porcentaje de la población en esta situación.

Como resultado, los porcentajes de pobreza en Yucatán son los menores desde que el Coneval realiza sus mediciones. Manteniendo este modelo de programas sociales, actuando desde las causas de la pobreza, hoy les puedo decir que, en menos de una década, podemos aspirar a abatir plenamente la pobreza extrema en Yucatán.

Al tomar protesta como Gobernador del Estado, con determinación, ofrecí a los yucatecos que la política social tenía que cambiar, siendo más activa, y que pudiera prevenir y evitar que la pobreza pase de generación en generación. Reconozco que nunca podremos estar satisfechos mientras exista un yucateco que no pueda vivir por encima del umbral mínimo para desarrollarse, pero a la vez, hoy puedo mirar a la cara a los yucatecos y afirmar que estamos dando los pasos correctos para que cada yucateco y yucateca pueda salir adelante con su propio esfuerzo.

Como sociedad, tenemos el deber de continuar por este rumbo, sin desviarnos, y un valor que los yucatecos no podemos perder es el de la seguridad. Vivimos en un estado seguro, el más seguro del país y, para mantenernos así, era determinante poner un Escudo que nos blindara ante la delincuencia; el primer paso fue contar con un Centro Estatal para la Prevención Social del Delito y Participación Ciudadana, desde el cual se coordinaran las acciones que previenen las conductas delictivas.

De igual forma, creamos los mecanismos institucionales para una mayor participación social, a través del Consejo Estatal de Seguridad Pública, así como labores de coordinación de las instancias de seguridad, como lo es la Policía Estatal Coordinada y el Grupo Local de Coordinación, que nos ha permitido reforzar la estrategia contra el crimen junto con los municipios, instituciones federales y las Fuerzas Armadas.

También era primordial reforzar nuestros cuerpos policíacos; para ello, en esta administración, equipamos a la Policía estatal y a las municipales, con mil 531 patrullas y vehículos de seguridad, y con tres mil modernos equipos de radiocomunicación P25. También, se construyó el Centro de Servicios de Yucatán, para una mejor atención a la ciudadanía.

Especialmente, para que la vigilancia sea más eficiente y con mayor tecnología, construimos la más avanzada Unidad de Monitoreo e Inteligencia Policial de todo el país, desde donde hoy se monitorean dos mil 248 cámaras de videovigilancia. Cabe recordar que, en 2012, en el estado, se encontraban instaladas alrededor de 122 de estas cámaras; estas cámaras nos han ayudado a prevenir, detectar, perseguir y aprehender criminales.

Otra acción que realizamos para reforzar la seguridad del estado fue aumentar el número de policías estatales y mejorar sus condiciones de trabajo. Por ello, realizamos mil 150 contrataciones de elementos de la Policía, de las cuales 763 fueron nuevas plazas, y más de 150 para la Fiscalía, haciendo frente al crecimiento poblacional que experimenta nuestro estado; esto nos ubicó como la tercera entidad con mayor número de policías por cada mil habitantes, con una tasa de 1.6.

En cuanto a sus condiciones de trabajo, se incrementó en promedio un 50 por ciento su salario mensual, con un sueldo base mínimo superior a los 12 mil pesos. Así, pasamos del lugar 24 en nivel de sueldo policial, a estar hoy entre los 10 estados con mejores sueldos para sus policías.

Finalmente, creamos el Instituto de Formación Policial con tres programas de estudio: Técnico Superior Universitario en Seguridad Pública, Técnico Superior Universitario Paramédico y la Licenciatura en Seguridad Pública.

Nuestros policías han sido nuestra primera línea de defensa y, por eso, se los quiero reconocer como Gobernador del Estado, pero también como padre de familia y como yucateco. Nosotros estamos muy orgullosos de nuestra Policía estatal y, sobre todo, de la confianza que tenemos en sus elementos; particularmente, agradezco a las siempre leales Fuerzas Armadas, orgullo de México, por su acompañamiento y trabajo diario al servicio de la población, al Ejército Mexicano y a la Marina Armada, a quienes brindo un sincero reconocimiento por su invaluable presencia en territorio yucateco y en sus costas.

Todas estas acciones: prevención del delito, mejores condiciones de los cuerpos de seguridad y policías capaces, es lo que nos ha permitido ser el estado con la menor tasa de homicidios dolosos en todo el país, con 2.12 homicidios por cada 100 mil habitantes. Este indicador, el universalmente adoptado para medir el índice de seguridad, nos coloca como la entidad más segura de México y también uno de los territorios más seguros en América, e incluso, con índices de paz social similares a la que experimentan países como Canadá, Bélgica, Dinamarca o Corea del Sur.

Las condiciones de seguridad se deben complementar con Estado de Derecho. Esto implicó reforzar a la Fiscalía General del Estado y la implementación del Sistema de Justicia Penal Oral y Acusatorio, con plena participación del Poder Judicial del Estado.

La labor de procuración de justicia de la Fiscalía se ha consolidado a través de la construcción de la Bodega de Evidencias y Bienes Asegurados, de un Laboratorio de Genética Forense, un Centro de Intermediación, y un Instituto de Capacitación y Servicio Profesional de Carrera; de acuerdo con la Encuesta de Victimización y Seguridad Pública del Inegi, la Fiscalía General del Estado es la segunda institución estatal de su tipo con mayor confianza ciudadana.

Y para que el nuevo Sistema Penal tenga una implementación exitosa, se construyeron el Centro de Justicia Oral de Mérida y el Centro de Instituciones Operadoras del Sistema Penal Oral y Acusatorio. En ambos edificios, se invirtieron 476 millones de pesos para hacer más eficiente la impartición de justicia y tener la infraestructura requerida para que Yucatán continúe liderando el proceso de implementación del Sistema Penal en el país.

Igual de relevante es el reforzamiento al sistema penitenciario, a través de la apertura del Centro de Rehabilitación Social Femenil, y las acreditaciones por parte de la Embajada de los Estados Unidos y la Asociación Norteamericana de Correccionales a los Centros de Ebtún, Tekax y al Centro Especializado en la Aplicación de Medidas para Adolescentes.

Hay que tenerlo muy presente: como sociedad, no podemos permitir que haya ninguna grieta en el Escudo que nos protege, porque la seguridad nos da la oportunidad de disfrutar nuestro estado y de desarrollar una vida familiar satisfactoria, y también, atraer inversiones que se traduzcan en empleos para los yucatecos.

Hemos creado condiciones para que la economía yucateca sea más competitiva a nivel regional, nacional e internacional, y esto lo logramos a través de tres ejes. Primero, el establecimiento de una política económica que impulsara de manera integral cinco sectores estratégicos.

Con esto, me refiero a la determinación que señalé en mi primer Informe de Gobierno, de que Yucatán tuviera un rumbo claro en su economía, un rumbo económico basado en la consolidación del turismo como una potencia nacional, en el inicio de una nueva etapa de nuestra industrialización, en la incorporación de Yucatán a la agenda logística nacional, la transformación del campo yucateco apostando por la agroindustria, así como posicionar a Yucatán a la vanguardia en la economía de conocimiento, la innovación y las tecnologías de la información.

El segundo eje es la construcción de infraestructura logística y de comunicaciones que sirviera de plataforma para impulsar los sectores estratégicos de la economía. Esto implicaba la puesta a punto de carreteras, la infraestructura ferroviaria, marítima y aeroportuaria, con una fuerte inversión pública federal, estatal y privada.

Obras como el Distribuidor Vial de Puerto Progreso, que con una inversión de 160 millones de pesos, ha permitido brindar mayor seguridad vial a los vecinos, visitantes y transportistas de carga de la principal ciudad de la costa yucateca.

También, se invirtieron 738 millones de pesos para la construcción del nuevo viaducto alterno, y han permitido que Yucatán ya cuente con un Puerto de Altura más moderno, más competitivo y con un manejo más eficiente de la carga de contenedores, un Puerto de Altura que moviliza 40 por ciento más carga que hace seis años y cuyas importaciones se han incrementado 37 por ciento Cabe señalar que se avanzó en la elaboración de estudios y proyectos; sin embargo, la profundización del calado del Puerto de Altura es una tarea pendiente y necesaria.

En el sector ferroviario, que llevaba décadas sin la atención requerida, realizamos obras para conectarnos con la red ferroviaria de carga nacional. Así, se modernizó la ruta que conecta a Mérida y Coatzacoalcos, con una inversión multianual que ya supera los cuatro mil millones de pesos; se pasó de una velocidad promedio de 10 a 35 kilómetros por hora y se redujo el número de descarrilamientos, de más de 150 al año a prácticamente haberlos desaparecido. En estos seis años, Yucatán volvió a contar con el servicio de ferrocarril de carga.

También, actuamos en el ámbito aéreo. Uno de mis compromisos fue reactivar el Aeropuerto Internacional de Chichén Itzá y construir en él un Centro de Carga; por ello, con un esquema de inversión privada, estatal y federal, que ya alcanza los 132 millones de pesos, se han realizado mejoras en las pistas de rodamiento, en la terminal aérea, equipamiento de seguridad aeroportuaria y combustibles.

Con la operación de Grupo Ciclo, entre 2016 y 2018, el número de vuelos y visitantes se incrementaron más del 100 por ciento. En dicho Aeropuerto, ya ha sido concluida la Fase A de la primera etapa del Centro de Carga Aeroportuario de Valladolid, que permitirá reducir los costos en los servicios logísticos y detonará el crecimiento industrial, turístico y agropecuario de la región oriente.

También, el Aeropuerto Internacional “Manuel Crescencio Rejón” duplicó el número de operaciones. En 2017, por primera ocasión en su historia, el Aeropuerto de Mérida superó los dos millones de pasajeros movilizados, alcanzando los dos millones 160 mil pasajeros. El movimiento de viajeros en el Aeropuerto de Mérida crece a un ritmo anual de 10.5 por ciento, por encima del promedio mundial, de 8.1 por ciento.

Tener mejores condiciones logísticas también significaba invertir en la infraestructura carretera. Los nuevos pasos superiores viales a lo largo del Periférico de Mérida representan inversiones superiores a los 668 millones de pesos. Esto ha permitido, hoy, que contemos con un Periférico continuo, sin semáforos, y ha solucionado conflictos viales en las zonas de Ciudad Caucel, Chichí Suárez, Los Héroes, Anikabil y Tixkokob, sólo por mencionar algunos.

Para garantizar una mejor y más segura circulación vial al interior del estado, invertimos 122 millones de pesos para construir el Periférico Sur de Valladolid y 944 millones de pesos para la construcción del Circuito Sur a Oriente del estado, conectando los municipios de Muna, Peto y Valladolid.

Nuestra costa ya cuenta con una carretera de 335 millones de pesos, que conecta Motul, Telchac Puerto y Dzilam Bravo, y con una inversión de mil 668 millones de pesos, fue concluida ya la ampliación a cuatro carriles de la carretera Mérida-Chetumal. Con esta obra, Yucatán cuenta con un sistema carretero más moderno y de gran capacidad, entre nuestra capital y las principales ciudades de la península, como son Chetumal, Cancún, Playa del Carmen y Campeche.

Y a ella debemos sumar otras importantes modernizaciones de carreteras del interior del estado, como la Izamal-Kantunil, la Sierra Papacal-Chuburná Puerto y la Mérida-Celestún, todas ellas compromisos expresos de mi Gobierno. Las obras anteriores forman parte de una estrategia integral de construcción, modernización y conservación de la red carretera del estado, que en su conjunto, representó una inversión de más de mil 800 millones de pesos y más de mil 950 kilómetros intervenidos.

Igualmente, hemos realizado acciones para incrementar la infraestructura inteligente y la conectividad digital. El Nodo IXP de Yucatán o Nodo de Intercambio de Internet permite el intercambio de tráfico de Internet entre proveedores, y es el primero de su tipo a nivel nacional, brindando mejores tarifas y mayor velocidad de navegación.

Infraestructura que se suma a los cuatro proyectos eólicos y cinco fotovoltaicos, que son resultado de una estrategia de energías renovables, que permitirán que Yucatán produzca alrededor del 30 por ciento de la energía limpia de todo el país.

Todas estas acciones tienen un resultado: entre 2014 y 2017, Yucatán subió tres posiciones en el ranking nacional de infraestructura, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad, ubicándonos como uno de los 13 estados más competitivos por su infraestructura.

Y el tercer eje para el rumbo económico de Yucatán fue realizar obras puntuales en cada sector estratégico, para consolidar su desarrollo. Así, para que Yucatán sea potencia turística a la altura de nuestras tradiciones, cultura, arquitectura y atractivos naturales, construimos servicios e infraestructura turística de alto nivel.

Rehabilitamos los 13 principales paradores turísticos del estado, entre los que se encuentran Uxmal, Dzibilchaltún, Ek Balam y El Corchito, así como el Pasaje “Picheta”, que se encuentra en proceso de remodelación. Asimismo, se mejoró la imagen urbana de Maní, Sisal, Izamal y Valladolid; en particular, en los dos Pueblos Mágicos, se implementaron nuevos espectáculos nocturnos: “Ciudad de luz”, en Izamal, y en el Convento de San Bernardino de Siena, en Valladolid, con una inversión de 72 millones de pesos.

De la misma manera, en Chichén Itzá, el principal destino turístico de Yucatán y que ocupa la segunda posición entre las zonas arqueológicas más visitadas del país, se renovó el atractivo nocturno con el nuevo espectáculo de video-mapping, “Noches de Kukulcán”, y actualmente, se está realizando el rescate de la zona arqueológica de Kulubá, destacando que la última zona arqueológica rescatada en Yucatán fue Ek Balam, hace más dos décadas.

En este punto, quisiera mencionar dos obras que nos colocan en una nueva dinámica cultural y turística: me refiero al Palacio de la Música, en el Centro Histórico de Mérida, y al Centro Internacional de Congresos, en la zona hotelera de nuestra capital. La identidad cultural de los yucatecos es nuestro gran orgullo; nuestra historia está escrita con las aportaciones de compositores, músicos, pintores, escultores, escritores y, por supuesto, artistas del teatro regional.

Para contar con más espacios para la expresión y creación artística, en el Palacio de la Música se invirtieron 479 millones de pesos, para ser el detonante del Distrito Cultural del Centro Histórico. Este edificio cuenta con la primera sala especializada en conciertos; una sala virtual e interactiva, en la que se expone la historia y evolución de la música popular mexicana, así como espacios para la conservación, investigación y creación musical.

Desde su inauguración el pasado 25 de junio, más de 20 mil personas han visitado y disfrutado del Palacio de la Música. Para su gestión económica, administrativa y artística, se ha conformado un fideicomiso en el que participan las autoridades de Gobierno, un Patronato conformado por empresarios y un Consejo de Amigos que funcionará como consultor cultural.

Además, en el entorno del Palacio de la Música, la Universidad Autónoma de Yucatán ya recibió en comodato, por parte del Poder Legislativo, el edificio conocido como Aula Magna, y ya inició el proceso de convertir su actual edificio central en el Centro Cultural Universitario. En ese sentido, el Palacio de la Música será una caja de resonancia de una nueva vitalidad creativa del primer cuadro de la ciudad.

Por su parte, el Centro Internacional de Congresos se ha erigido como la clave para la atracción de un mercado turístico de gran valor. Desde su inauguración en abril, en estas instalaciones ya se han llevado a cabo 27 eventos, con una participación de más de 24 mil congresistas y asistentes; a la vez, ya ha sido reservado para la realización de 18 congresos y convenciones con 20 mil 300 participantes en los próximos cuatro meses, y ya cuenta con reservaciones para 2019 y 2020.

Alrededor de dicho Centro, se experimenta una nueva dinámica urbana y comercial, con la construcción de nuevos restaurantes y comercios, así como 12 hoteles proyectados, que implican una inversión de mil millones de pesos y tres mil habitaciones los próximos cuatro años.

Toda esta dinámica requería una intervención urbana integral en la zona. Por ello, se realizó una inversión de 131 millones de pesos en la modernización de las avenidas Colón y Cupules, y las calles 60 y 62, que incluyó la instalación de servicios de electricidad y agua potable subterráneos, reencarpetado con concreto hidráulico y, especialmente, la ampliación de banquetas y áreas verdes.

A la vez, se pusieron en operación semáforos inteligentes y pasos peatonales seguros, un estacionamiento para más de 30 autobuses y una plaza pública frente al Centro Internacional de Congresos, donde se podrán realizar actividades culturales y turísticas.

Hoy, ocupamos la quinta posición entre las ciudades más importantes de México para el segmento de reuniones. Estoy convencido de que el nuevo Centro Internacional de Congresos nos pondrá en una posición de liderazgo nacional en la industria de reuniones, congresos y convenciones, que nos permitirá consolidar nuestro avance turístico.

Porque, durante 2012, nos visitaban en promedio 100 mil turistas cada mes; seis años después, el promedio se ubica en más de 140 mil turistas al mes, un incremento de 40 por ciento. Por primera vez, superamos el millón y medio de turistas con pernocta en Yucatán, y ya nos visitan más de un millón 600 mil.

Otro de los sectores económicos que decidimos respaldar con mayor determinación es el de la manufactura industrial. En las dos décadas pasadas, Yucatán había perdido presencia de empresas de alto valor industrial; para recuperar la fortaleza industrial que históricamente había tenido Yucatán, era necesario invertir en infraestructura logística.

Este fue el motivo de la inversión que ya he mencionado en materia carretera, ferroviaria, marítima y aeroportuaria. Esto ha dado pie a la consolidación y conformación de polos industriales, consolidación como la experimentada por el corredor industrial Mérida-Umán, con empresas como Air Temp, Empaques Nova, Dondé, La Anita, la Hidrogenadora Yucateca, entre otras.

En este corredor, ya se encuentra en construcción la segunda planta de la empresa alemana de arneses electrónicos para vehículos, Leoni. Cabe resaltar que la primera planta de Leoni, inaugurada apenas en noviembre de 2017 y donde ya se encuentran laborando actualmente más de dos mil 900 trabajadoras y trabajadores yucatecos, se ubica en la zona oriente que comparten Mérida y Kanasín, en donde también han crecido las inversiones de grupo Bepensa y Procon.

El corredor Mérida-Progreso ha recibido a empresas como Lodemo, Bunge y la reconversión del Parque de Industrias no Contaminantes. A su vez, se conformó la nueva Zona Industrial de Hunucmá, donde ya están instaladas y funcionando grandes empresas, como la Cervecería Yucateca de Grupo Modelo, Envases Universales y Kekén, y ya se encuentran en ciernes múltiples proyectos vinculados al desarrollo industrial de Yucatán.

Como resultado, la industria manufacturera ha tenido en este sexenio su mayor crecimiento. Entre el 1 de octubre de 2012 y el 31 de mayo de 2018, la industria de la transformación y manufacturas en Yucatán ha crecido 43.2 por ciento. Como comparativo, su crecimiento, entre octubre de 2003 y septiembre de 2012, fue solamente de 14.2 por ciento; hoy, al concluir mi Gobierno, más que hablar de un proceso de reindustrialización al que nos referíamos hace seis años, estamos hablando de la poderosa industria yucateca del siglo XXI.

También, hemos realizado importantes inversiones para que, en el campo yucateco, se aplique valor agregado a los productos de nuestra tierra y nuestro mar. Al momento de rendir este Informe, hemos superado los compromisos de tecnificar 30 mil hectáreas del campo yucateco y construir 300 kilómetros de carreteras sacacosechas.

A la fecha, hemos invertido mil 532 millones de pesos en la tecnificación de más de 47 mil hectáreas agrícolas con riego y mecanización, y con una inversión de 362 millones de pesos, se han construido 308 kilómetros de carreteras sacacosechas.

Junto con estos dos compromisos, creamos una Central de Maquinaria, que permite que los productores agrícolas del sector social cuenten con maquinaria y equipo, para la preparación de la tierra, cultivo y cosecha tecnificada. Además, entregamos 153 tractores y motocultores especializados, para modernizar la siembra y cosecha de los principales cultivos.

Para el sector ganadero, rehabilitamos los centros de procesamiento de carne en Tizimín y, con una inversión de 66 millones de pesos, reactivamos la cuenca lechera de oriente y el sur del estado, mediante mejoramiento genético y equipamiento, para la extracción y almacenamiento de leche.

En la costa, en beneficio de los pescadores, se construyó la primera etapa del muro de contención de Dzilam Bravo, y se rehabilitaron muelles y puertos de abrigo, como los de Chuburná, El Cuyo y Yucalpetén, con una inversión federal de 114.2 millones de pesos.

Yucatán es el primer lugar nacional en producción y exportación de pulpo, con un crecimiento de la producción del 44 por ciento entre 2012 y 2018. En total, el sector agroalimentario ha crecido 41.6 por ciento desde 2012, posicionándose como el segundo sector con mayor avance en nuestra economía.

Asimismo, en estos seis años se han sentado las bases para que la innovación y aplicación del conocimiento sea una de nuestras fortalezas, bases como las que da el Centro Heuristic, especializado en la automatización del conocimiento, el Internet de las cosas y el desarrollo de software, y donde ya están establecidas 14 empresas.

Y una nueva economía basada en el conocimiento requiere de espacios para la formación del talento, espacios como los que brinda una institución de educación superior del nivel de la Universidad Politécnica de Yucatán, UPY, la primera especializada en tecnologías de la información y comunicación en el país. Ya se concluyó la construcción de la segunda y tercera etapa de esta Universidad, que cuenta con las Ingenierías en Datos, Sistemas Embebidos y Robótica Computacional.

Asimismo, durante esta administración, se construyeron los edificios de las facultades de Economía, Educación, Psicología y Derecho de la UADY, en su nuevo campus. La Universidad Autónoma de Yucatán está preparada para seguir siendo la luz de conocimiento de nuestro estado, como lo ha sido a lo largo de su historia.

De igual forma, derivado de la Reforma Energética, Yucatán se está posicionando como un actor preponderante en este sector. Muestra de ello es que Yucatán es sede del Instituto Tecnológico del Petróleo y Energía, una institución de educación superior que abre el panorama para la formación de capital humano y la investigación en materia energética.

Yucatán, sin duda, tiene grandes áreas de oportunidad en los sectores que están transformando la economía global: tecnologías de la información y comunicación, y la energética. Es precisamente el sector de la innovación y las TIC el que mayor crecimiento ha tenido desde 2012 en la economía yucateca, con un avance de 73.8 por ciento.

Esta capacidad de generación de conocimiento y formación de talento ha contribuido, en buena medida, al crecimiento de la economía y la generación de empleo. Nuestra economía se ha fortalecido en su mercado interno y, en particular, Mérida se ha consolidado como la capital comercial y de servicios del sureste.

En ese sentido, una importante fuente para el crecimiento y derrama económica, estos seis años, ha sido el sector inmobiliario, con proyectos tan importantes como Vía Montejo, La Isla, Galerías, Up Town, que nos colocan como el cuarto estado con mayor inversión inmobiliaria, y cabe destacar, por primera vez, empresas yucatecas participan en la Bolsa Mexicana de Valores: es el caso de Inmobilia y Bepensa.

Otro dato que refleja ese fortalecimiento del mercado interno es el aumento en las ventas de automóviles último modelo, en un 2.6 por ciento con respecto al 2017, de acuerdo a la Asociación de Distribuidores de Automotores, que destacó que Yucatán fue el único estado del país en tener una cifra positiva.

Y si la capacidad de consumo crece, también lo hace el empleo y esto, desde mi punto de vista, es el gran resultado de la política económica de mi administración. Es decir, todas las políticas públicas, toda la infraestructura logística y cada una de las acciones estratégicas que han tenido un impacto en los sectores económicos, han tenido como resultado la generación de empleos.

Durante los últimos cuatro años, la economía de Yucatán ha crecido a un promedio anual sostenido de 3.6 por ciento. Esta es una cifra que nos da optimismo para los próximos años, pues el comportamiento de la economía de Yucatán ha estado por encima de la media nacional e, incluso, del comportamiento económico de Latinoamérica y del mundo.

Las inversiones privadas, la inversión pública, y la fuerza y talento de los trabajadores yucatecos están marcando un ritmo ascendente y sostenido para nuestra economía, y este ritmo es más visible cuando nos referimos a la generación de empleos.

En mi Gobierno, se han generado 71 mil 472 nuevos empleos formales, cerca de 10 mil empleos por encima de los 52 mil 400 que se generaron en total entre 2001 y 2012, más de 11 años. Más yucatecos tienen un empleo formal decente, y con todos los derechos y prestaciones, para que sus familias estén mejor, vivan mejor.

Ahora bien, una iniciativa que merece ser destacada es, sin lugar a dudas, nuestra política de innovación. Yucatán cuenta con un sistema de investigación y desarrollo tecnológico que se materializa en el Parque Científico y Tecnológico; ahí, se encuentran las más importantes instituciones de educación superior y de investigación, nacionales e internacionales.

Es el caso de los laboratorios de geofísica, y las unidades de química, biología y matemáticas aplicadas de la UNAM, el Ciesas Peninsular, la Planta Piloto de Alimentos del Ciatej, el Cimat, el Laboratorio de Germoplasma, la Biofábrica del CICY, el Centro Geo, la Agencia Espacial Mexicana, el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, y la Universidad de Texas A&M.

Sin duda, con el Parque Científico, el valor de la investigación, y la formación de capital humano y de las empresas de base tecnológica, Yucatán está avanzando para convertirse en un polo global tecnológico. La Zona Económica Especial ubicada en Progreso fue decretada este mismo año por el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, como parte de una política de Estado para otorgarle al sureste mexicano mejores condiciones de competitividad.

Tengo la certeza de que la vocación de nicho en innovación, industria 4.0 y servicios especializados de la Zona Económica Especial marcará el rumbo de Yucatán en el futuro. Nuestra apuesta debe estar en el talento de los jóvenes, en la capacidad de creación, en la aplicación de tecnología; en definitiva, en cambiar la realidad usando la mejor herramienta humana: el talento, la creatividad y el conocimiento.

Y así como sucedió con el Parque Científico y Tecnológico en la presente administración, tocará el turno a la siguiente continuar y concluir proyectos que, a la fecha, ya presentan un avance significativo y que llegarán a un punto de madurez. Es el caso también de la solicitud de la Alerta de Género, que se hizo para nuestro estado en el 2017, una solicitud cuyas 10 conclusiones fueron puntual y minuciosamente atendidas con profesionalismo y apertura, dando como resultado que no se declarara dicha Alerta para Yucatán.

Sin embargo, esto no significa que el problema de las violencias de género hacia las mujeres esté resuelto; como sociedad y como Gobierno, aún tenemos mucho por hacer. Por eso, como bien lo indica el dictamen de la Conavim, se requiere de un estricto seguimiento que, estamos seguros, continuará en los próximos días, las próximas semanas y la próxima administración. Lo que hemos hecho es dejar sentadas las bases para continuar este proceso.

Yucatecas y yucatecos, a mi Gobierno le restan 21 días, y cerraremos esta administración tal y como inició: trabajando hasta el último minuto de mi gestión. Por eso, antes de que concluya mi Gobierno, inauguraré las siguientes obras públicas: el Centro de Operaciones Ferroviarias de Umán; el distribuidor vial de periférico, en la salida a Progreso; el nuevo Centro de Atención para la Discapacidad Visual del DIF; la carretera de la cuenca lechera en Sucilá, en Yucatán, así como el primer proyecto de parque eólico de Yucatán, en Dzilam Bravo, de inversión privada.

Al concluir mi gestión, habrá también obras que iniciaron su construcción recientemente y, por lo tanto, su conclusión e inicio de operación se verá en los próximos meses. Me refiero a la Zona de Cultura y Artes del Gran Parque “La plancha”, ubicada en la ex Estación de Ferrocarriles, de la hoy Escuela Superior de Artes, ya en transición hacia la Universidad de las Artes; esta obra significa una inversión de 56 millones de pesos y lleva un avance de 35 por ciento.

Las Villas de Transición del Hospital Psiquiátrico, para contar con infraestructura digna en la atención de la salud mental; este proyecto representa una inversión de 117 millones de pesos y lleva un avance de 30 por ciento; ambas obras están bajo ejecución del Gobierno del Estado, y cuentan con todo el soporte de planeación y la disponibilidad presupuestal de diferentes fuentes, para su debida conclusión durante este mismo año 2018.

Además, el edificio de la Escuela Nacional de Educación Superior, que construye la UNAM a un costado de la Universidad Politécnica de Yucatán, cuya primera etapa representa una inversión de 200 millones de pesos, lleva un 20 por ciento de avance y entrará en funcionamiento el primer trimestre de 2019.

Por otra parte, en el Parque Científico y Tecnológico, se construye el Museo de Ciencias del Cráter de Chicxulub, con una inversión de 74 millones de pesos proveniente de un fondo mixto Conacyt-UNAM, con un 85 por ciento de avance e iniciará en funcionamiento el primer trimestre de 2019. En el mismo sitio, la Comisión Nacional de Hidrocarburos construye ya la sede Yucatán de la Litoteca Nacional, donde ya se invierten 350 millones de pesos y que albergará muestras geológicas para su estudio y conservación. Esta obra se concluirá durante el primer semestre de 2019.

Por otra parte, quiero anunciarles que, en los próximos días mi Gobierno, dará inicio la construcción de las siguientes obras: el edificio de la Universidad Abierta y a Distancia; la última etapa del nuevo edificio de la Facultad de Contaduría y Administración de la UADY, ubicado en el Campus de Ciencias Sociales, Administrativas y Humanidades.

Obras de ampliación en las Facultades de Medicina, de Medicina Veterinaria y Zootecnia y de Educación de la UADY; obras de ampliación y mejoramiento en la Universidad Tecnológica del Poniente, de Maxcanú, y la Universidad Tecnológica del Mayab, en Peto; la última etapa del nuevo edificio de rectoría y administrativo de la UADY, ubicado en la antigua Escuela de Derecho.

La conclusión del muro de contención de Dzilam Bravo; la construcción de los domos de las canchas deportivas de Panabá y las Coloradas, compromisos ambos realizados durante mi campaña y que cumpliré antes de concluir mi mandato. Estas obras representarán, en su conjunto, una inversión superior a los 132 millones de pesos.

De igual manera, anuncio a ustedes que, dentro de las próximas tres semanas, darán inicio los trabajos de dos importantes inversiones privadas: la Planta de Cementos Fortaleza, que con una inversión inicial de 30 millones de dólares, producirá más del 15 por ciento del cemento que se consume en la región; agradecemos a Grupo Elementia y, particularmente, a Grupo Carso, de don Carlos Slim, y a Grupo Kaluz, de la familia Del Valle, por su confianza en Yucatán.

De igual forma, se iniciará la construcción del Centro de Distribución de Walmart, que brindará servicio a la región sureste de México; este Centro se ubicará en Kanasín y representa una inversión de 950 millones de pesos. Agradecemos a Walmart de México y Centroamérica su confianza en nuestro estado.

Amigas y amigos, yucatecas y yucatecos, mujeres, hombres, jóvenes, adultos mayores, niñas y niños, dueños del presente y del futuro de Yucatán, ciudadanos a los que he tenido el enorme honor de servir, son muchas las cosas que hemos logrado en estos seis años, acciones y decisiones que cambiaron y mejoraron vidas.

Sin duda, las obras perdurarán en el concreto y el acero; los programas sociales trascenderán en las oportunidades que abrieron a cientos de miles, que ahora tendrán mejores horizontes de vida, y el nuevo modelo económico marcará el rumbo en el inicio de nuevos ciclos para el empleo y bienestar.

Sin embargo, creo que el principal legado de este Gobierno es, al mismo tiempo, más intangible y más profundo. Viéndolos de frente, hablándoles de viva voz, yo considero, con absoluta humildad, que el principal legado de estos seis años es un nuevo estado de ánimo social, una renacida confianza de todos los yucatecos, un optimismo sensato que nos da la seguridad que, ahora sí, el ideal de lo posible, ese concepto del que nos habló Canek, está al alcance de nuestras manos.

Y tengo también la convicción que ese nuevo optimismo y esa nueva confianza nacen, en gran parte, de la fuerza de las instituciones y del respeto que a nuestras instituciones han dado todos, y debemos darles, especialmente quienes las encabezan, porque yo creo que el primero que debe respetar la dignidad de la investidura de Gobernador es, precisamente, el Gobernador mismo; la debe de respetar siendo sobrio en su conducta, en su aspecto y en su modo de vida; la debe respetar siendo responsable y puntual, lo mismo en la entrega de apoyos y proyectos, que en su asistencia a los eventos donde lo esperan sus ciudadanos invitados.

Sé y lo siento, lo sentimos todos, que si bien, en Yucatán, las cosas no son perfectas, sí estamos mejorando cada día, y esa tranquilidad y certeza hablan de una sociedad y Gobierno que han sabido trabajar juntos. Por eso, el mayor legado de estos seis años, un legado que todos, porque absolutamente todos lo hemos construido, es saber que una vida mejor para los yucatecos ya no es una utopía: el Yucatán exitoso y de éxitos duraderos, que tanto hemos anhelado, ya no es una quimera sino algo para lo que hoy dejamos cimientos muy sólidos.

No tengo duda, no tengan ustedes duda, que este Yucatán del 2018 es mejor que el Yucatán del 2012; eso, precisamente eso, es lo que me exigió hacer la sagrada confianza ciudadana y esa es la meta que, juntos, hemos cumplido, y ahora, yo deseo con todo aplomo y con toda claridad política y humana, que el Yucatán del 2024 sea mejor que el Yucatán del 2018, porque el legado patriótico y trascendental es aquel que permite seguir avanzando, seguir construyendo.

Eso es, verdaderamente, amar y honrar a Yucatán: honrar a este estado, como yo lo honro cada día, como mis padres, mis amigos y la gente a la que serví me han enseñado, es hacer lo que nos toca para que avancemos juntos siempre; amar a Yucatán es desear que todo el que se esfuerce por el bien de este gran estado tenga éxito, y mantenga los rumbos claros y la armonía social.

Esa enorme tarea, en unas cuantas semanas, recaerá en los hombros del licenciado Mauricio Vila Dosal. Por eso, le deseo a nuestro próximo Gobernador todo género de éxitos en su gestión; le deseo que conduzca con claridad en el rumbo, firmeza y convicción, desde el Poder Ejecutivo, este gran estado y a su gente.

Yucatán es un gran pueblo, que yo sé muy bien que se levanta temprano, que trabaja duro, que está seguro de sus valores, orgulloso de su identidad, y quiere ser referente del bienestar de una democracia que sí funcione y que sí siga dando resultados.

En la misma tesitura, le deseo todo el éxito en su gestión a nuestro próximo Presidente de la República, licenciado Andrés Manuel López Obrador, quien ya ha comenzado a demostrar su gran aprecio y afecto por Yucatán, aún antes de tomar posesión, al incluir a nuestro estado en la ruta del gran Tren Maya.

Soy un hombre leal y congruente; por ello, hoy quiero expresar mi más amplio respeto y agradecimiento al Presidente de la República, a Enrique Peña Nieto, por los apoyos institucionales y de gestión que nos dio en todo momento, para la realización de obras, acciones y programas indispensables para Yucatán. Tengo la convicción y la claridad de que, gracias a él, mi Gobierno pudo hacer más y pudo llegar más lejos.

Como político, como Gobernador, como yucateco, le agradezco y le estaré siempre agradecido al Gobierno de la República, y también a mi partido, el Revolucionario Institucional, del que soy y seré orgulloso militante, orgulloso de su gente, orgulloso de sus bases.

Por otra parte, como yucateco, para mí ahora, lo más importante es dar las gracias, es hacer patente mi agradecimiento total a mi comunidad y mi Yucatán. Tengo que decirlo, es muy importante hacerlo: gracias a este gran estado, que me hizo nacer en una familia modesta y que me apoyó para estudiar en una gran Universidad, la UADY, una universidad pública.

Gracias a este gran estado, que le permitió al hijo de una disciplinada maestra de secundaria llegar a ser Gobernador; gracias a esta tierra que le permitió al hijo de un maestro de educación física tomar las decisiones para que llegáramos a ser hoy la cuarta potencia deportiva nacional. Di lo mejor de mí, sin miedo y sin imprudencias, trabajando y escuchando, apurando y también corrigiendo.

No tuve ningún otro norte que tratar de imitar a las grandes figuras cívicas que nos enseñaron de honestidad, entrega y dedicación; siempre seguí el ejemplo de hombres y mujeres que, para mí, son de otra dimensión: Elvia Carrillo Puerto, Salvador Alvarado, Felipe Carrillo Puerto y Víctor Cervera Pacheco, hombres y mujeres con quienes puede compartir el honor de trabajar en oficinas que fueron suyas, en sus mismos espacios cívicos, tal vez con dilemas similares.

Gracias a los yucatecos, que me dieron esta enorme oportunidad. Gracias a mi familia, a mi esposa Sarita, a mis hijos Montse y Rolo; hoy, les quiero decir que les quiero y los admiro más. Gracias a todo mi gran equipo de Gobierno, a los funcionarios de mi gabinete y a los mandos medios, pero particularmente, gracias a toda la base trabajadora del Gobierno del Estado: ustedes son el alma del servicio público estatal, siéntanse satisfechos por la labor cumplida y reciban mi gratitud duradera.

Gracias a todos los integrantes del Poder Judicial; gracias a las magistradas y magistrados, consejeros de la Judicatura, su compromiso con el Estado de Derecho es una sólida columna para la certeza y la armonía en Yucatán. Gracias a los miembros de la LX y LXI Legislaturas del honorable Congreso del Estado, su trabajo en la representación popular nos permitió avanzar como estado. Mi respeto y reconocimiento a las y los diputados de la LXII Legislatura, quienes legítimamente expresan hoy la pluralidad de la voz del pueblo de Yucatán.

Gracias a los medios de comunicación, y a las compañeras y compañeros periodistas, por su invaluable labor de informar a los ciudadanos de Yucatán en estos seis años; gracias a quienes me ayudaron; gracias a quienes me apoyaron con sus reflexiones y consejos, y por supuesto, con valor democrático, les doy las gracias también a mis críticos, porque un Gobierno con buenos críticos siempre verá, a través de una óptica divergente, oportunidades para esforzarse más y ser un mejor gobierno.

Y permítanme decir las cosas que a veces no se dicen, pero que son las más importantes: mi ciclo como Gobernador está por terminar y vendrá el juicio de la historia para mi Gobierno, un juicio que, mientras más transcurra el tiempo, será más sobrio, desapasionado y objetivo.

Pero para mí, el juicio más importante, como lo dije cuando empezamos esta ruta, hace seis años, se significará con el poder salir a la calle el lunes 1 de octubre y saludar a mi vecino, saludar a la gente que me encuentre en la Plaza Grande o en cualquier espacio público, y hacerlo con la dignidad y con la satisfacción de un hombre que, si bien no hizo las cosas perfectas, sí hizo lo mejor que pudo; un hombre que, por mucho, demostró con hechos su amor por esta tierra, y sí logró cambios permanentes y rutas nuevas, por las que transitarán nuevas y mejores generaciones.

Caminar como un ciudadano común, con la frente en alto y con la cara al sol, es lo único que quiero para mí, porque todo, todo lo demás, toda la grandeza, toda la prosperidad, todo el bienestar, todo el mañana, lo quiero y lo seguiré queriendo siempre para Yucatán. ¡Que Viva Yucatán! Muchas gracias.