Discurso de la Diputada Mirthea Arjona Martín Pronunciado en Sesión Ordinaria del Congreso Yucatán del 15 de Octubre

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Hago uso de la palabra para recordar que el próximo miércoles 17 de octubre se cumplen 65 años del establecimiento del derecho de la mujer mexicana a votar y ser votada.

Efectivamente, hasta la década de los años cuarenta, las mujeres jugaban un papel pasivo y desapercibido; prácticamente se reducía a ser meras espectadoras de la vida pública del país y su participación había sido vedada del escenario político social.

De ahí que, en el año de 1953 la lucha histórica emprendida por incansables luchadoras sociales culminara con la conquista del derecho a votar y ser votadas, es decir el reconocimiento pleno a nuestra garantía constitucional de actuar, participar y ejercer dentro de la política sin discriminación alguna.

A partir de ese momento histórico, las mujeres jamás detendrían su impulso por formar parte en las decisiones de la vida pública del país…

Vale la pena recordar, aquél parteaguas surgido del primer congreso feminista celebrado en esta ciudad en el año de 1916, donde mujeres valientes alzaron la voz, la cual retumbó más allá de nuestras fronteras.

La voz fuerte y clara de extraordinarias mujeres como Elvia Carrillo Puerto, Consuelo Zavala Castillo, Beatriz Peniche Ponce, Raquel Dzib Cicero, Candelaria Ruz y Carmen Heredia Urcelay dieron los primeros planteamientos en la lucha por la igualdad de género, un proceso paritario que se ha ido propagando y fortaleciendo con el paso del tiempo en todo nuestro territorio.

La lucha de estas extraordinarias yucatecas, sin duda alguna, sentaron las bases para que se reconociera el anhelado derecho al sufragio femenino muchos años más tarde…

Así como lo hicieron las mujeres de ayer, las mujeres de hoy continuamos trabajando en todos los ámbitos para cerrar la brecha de género que aún se resiste a desaparecer.

Estamos conscientes de que todas nuestras decisiones pueden trasladarse al terreno de lo político, mediante el ejercicio del voto efectivo y mediante la participación directa en la política, así como en las grandes decisiones nacionales con pleno respeto a nuestras capacidades y diferencias naturales…

Sin embargo, las mujeres abogamos por compartir el poder público con equilibrio y balance para hacer realidad la justicia social, y ayudar a erradicar la desigualdad por medio del desarrollo de una sociedad incluyente e igualitaria.

 

 

Cuando hablamos de igualdad, hablamos de tener las mismas oportunidades, de ser reconocidas y tratadas como iguales sin discriminaciones de ninguna índole; con la plena confianza de que nuestras actividades en la vida social de México forman parte de un proceso inacabado para vivir una democracia inclusiva con base a los derechos humanos.

Por ello, tenemos que reconocer los avances obtenidos en el plano legislativo, tal como en la materia electoral al establecerse la paridad de género y asignación de candidaturas a diputaciones y regidurías en una nueva forma de paridad horizontal y vertical.

Ese es el resultado de acciones vanguardistas, que han hecho posible que miles de mujeres alcancen cargos de elección popular; estamos seguras que este es buen inicio con cimientos fuertes con miras a un futuro de igualdad entre hombres y mujeres.

 

Compañeras y compañeros diputados:

La lucha de las mujeres aún no termina, falta mucho por hacer para erradicar la violencia; alcanzar mejores salarios y más justos para las trabajadoras; impulsar los derechos para las trabajadoras domésticas, así como una distribución equitativa de las labores del hogar y del cuidado de nuestros hijos, y no menos importante, pugnar por los derechos de las mujeres campesinas e indígenas…

En este sentido, como legisladores nos corresponde construir el marco normativo a través de iniciativas y reformas vanguardistas, acordes a la nueva realidad y que éstas, tengan como objetivo fundamental el desarrollo político, social y cultural de la sociedad con igualdad de derechos y de obligaciones entre hombres y mujeres.

Estamos obligados a proteger, reforzar y mejorar lo que se ha logrado, debemos continuar trabajando junto con los hombres compartiendo nuestra visión de igualdad, debemos sumarnos en los esfuerzos y voluntades para que juntos lograremos los objetivos deseados en la transformación del México progresista del siglo XXI.

En el marco de los 65 años  del hecho histórico que hoy recordamos los invito a seguir legislando para eliminar  la brecha de desigualdad aún existente. Es cuánto.