Detener a AMLO, es “por México”

¿Quién le quita más votos a AMLO?

El 4 de septiembre pasado, cuando se registró formalmente el Frente Ciudadano por México ante el INE, muchos en el Gobierno federal quedaron congelados: no tenían toda la información, no imaginaban que su conformación estaba tan avanzada. Pero incluso en ese momento no estaba tan solidificada la propuesta, como lo está hoy; Dante Delgado, líder de Movimiento Ciudadano, había advertido a los impulsores frentistas que, de no alcanzarse un acuerdo –aunque ya existiera el registro ante el Instituto–, consideraría acercarse a Andrés Manuel López Obrador para ir con él y con Morena en 2018.

En las últimas semanas, sin embargo, esta última posibilidad quedó sellada. Delgado se convenció de que no iría con AMLO y así lo notificó. Ahora está cien por ciento en el Frente, como están PAN y PRD. Pero si no está el Frente maduro para competir juntos para la Presidencial, él no sacará sus canicas ni las pondrá en otra canasta: simplemente irá por su cuenta.

Porque no es definitivo, todavía hoy, que el Frente Ciudadano llegue unido en la presidencial. Todavía falta.

La agenda es la siguiente: hasta el 15 de diciembre trabajará en acuerdos regionales para lograr candidaturas comunes con el entendido de que la fuerza local dominante (PAN, PRD o MC) tiene mano. Luego se concentrará en la candidatura común a la Presidencia, de tal manera que –y a todos les conviene– cuando tengan que vérselas con el método de selección, incluso el acuerdo para la Ciudad de México esté amarrado y caminando.

Este acuerdo tiene la intención de que las pequeñas (y grandes) ambiciones personales no destruyan todo lo alcanzado.

–El problema es Ricardo Anaya. Demasiada ambición personal, demasiada –me dijo una fuente cercana a Miguel Ángel Mancera.

Le dije que si no lo conocían de antemano; que eso, la ambición de Anaya, era muy conocida por todos. Básicamente, le dije, su historia es la de alguien ambicioso que ha usado… y tirado a la basura a todo mundo.

Y cuando le iba a preguntar si ya no había posibilidades de que Mancera se acercara a López Obrador, dijo:

–El PRD va a hacer lo que sea necesario, todo, con tal de quitarle uno o diez de votos a Morena. Así se tenga que ceder frente a Anaya.

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Incluso visto con ojos de perredista, Silvano Aureoles va rumbo al desastre. El Gobierno de Michoacán, supuestamente de izquierda, es igual o peor que el de Rafael Moreno Valle: básicamente un represor. La deuda se dispara mientras que el PAN local, con el que está comandado a reunirse, habla pestes de él en público.

Silvano está descartado para la presidencial, pero no significa que no está operando en ese plano: va con el ex Gobernador de Puebla, y la esperanza de los dos es que Anaya se venza con la campaña en su contra y Mancera se haga a un lado, y así quedarse con la candidatura presidencial.

Pero eso difícilmente pasará.

–Moreno Valle ha gastado tanto dinero en las presidenciales que apostará su resto. No se va a quedar sin nada. Su mujer será candidata al Gobierno de Puebla, cueste lo que cueste. Incluso ha hecho saber que si Anaya no le suelta la candidatura estatal, es capaz de irse al PRI –me dijo el jueves pasado una fuente de primer nivel dentro del Frente.

–Moreno Valle ha gastado mucho –le sugerí.

–Mucho.

–¿De dónde?

–Pues ve la deuda de Puebla.

–¿De allí?

–¿De dónde más? Sólo una bolsa de ese tamaño le permitiría hacer un gasto como el que ha hecho –me dijo.

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Ricardo Monreal buscó a Miguel Ángel Mancera. Se reunió con él. Allí, me dicen, planteó su idea: ser candidato del Frente en la Ciudad de México.

Mancera le dijo que sí.

–¿Entonces qué pasó?

–Le dijo que sí… y le dijo cómo: compitiendo.

–¿Y luego?

–Ricardo Monreal puede hacerle daño a Morena, pero no es una garantía de ganar. No sale bien en nuestras encuestas. Si compite en la interna del Frente, iba a perder la candidatura: hasta Xóchitl [Gálvez] sale más alto que él.

Eso, y que Alejandra Barrales es realmente la candidata de Mancera, terminó muy pronto con la aventura secesionista del zacatecano.

Monreal, entonces, un poco con la cola entre las patas, apretó para verse con AMLO.

Y se vio con él.

Monreal está de regreso en Morena.

***

Ricardo Anaya y Miguel Ángel Mancera se reunieron. Allí, me dicen, el panista le planteó al Jefe de Gobierno su idea: “dejarle” la Ciudad de México y quedarse él con la candidatura presidencial.

–¿Qué respondió Mancera?

–Que para la Ciudad de México no lo necesitaba a él. Que se necesitaban ambos en todo.

–¿Y Anaya?

–Le reviró. Le dijo que él necesitaba los votos panistas en los estados para la suma nacional, dándole a entender que los acuerdos locales estaban supeditados a un acuerdo nacional.

Mancera le dijo que él iba a necesitar esos votos del PRD, por ejemplo, en Veracruz.

Acordaron, así, avanzar en los procesos locales y luego ponerse de acuerdo en lo nacional.

Zanjado el efímero chantaje de Anaya, Mancera le dijo que la elección del candidato presidencial debería ser transparente y con una elección abierta.

–Anaya aceptó –me dijo una fuente.

–Y ustedes le creyeron –dije.

–No, no le creímos. Pero aceptó. Aceptó firmar incluso todos los acuerdos que se hagan en el Frente. La mala fama de Anaya no ayuda. Y él sabe que acumula negativos a diario y que su partido está muy dividido, con Meade y Margarita jugando cartas del PAN para acomodarse en la presidencial.

Mi fuente, de buen nivel en el Frente, me dijo esto:

–Mira, lo que va a decidir quién es el candidato presidencial es una sola cosa.

–¿Cuál cosa?

–Será candidato el que le quite más votos a López Obrador.

Y así me confirmó lo que muchos decimos desde hace meses: que la idea del Frente no es pelearse con el Gobierno de Peña o derrotar al PRI, que para eso se pintan solos.

La idea, simplemente, es ver cómo frena (o frenan) a López Obrador, el verdadero enemigo de esa extraña masa amorfa que podemos llamar PRIANRD, PANRIRD, PRDANRI o como sea.

Ellos dicen que, detener a AMLO, es “por México”.

 

Por Alejandro Páez Varela